El reportaje de un estudiante erasmus en Budapest

sábado, 7 de enero de 2012

Sigo vivo

Aunque algunos ya estaban incluso festejando que dejara de dar la lata con mi blog, obligados a decir cosas tales como “pues sí, es muy interesante” y derivados, he de anunciar que para nada lo he dejado abandonado. Ha sido algo más de un mes de ausencia de escritura, que no descanso, y es que llevo liado desde prácticamente finales de noviembre con los exámenes, y después ha venido la visita a España (con todo lo que eso conlleva). Es más, aun sigo estudiando, no acabo hasta el próximo día 10. Hasta el momento, de siete asignaturas que tengo matriculadas este primer cuatrimestre aquí llevo aprobadas las cinco de las que me he examinado ya: cuatro sobresalientes y un bien. El próximo lo tengo el lunes 9 y, como ya he dicho, termino el 10.
Tengo que reconocer que lo que me ha llevado a escribir esta entrada ha sido, simplemente, que estoy en el avión volando hacia Budapest con mi nuevo portátil y la batería dura siglos, así que aprovecho y mato el tiempo antes de que el avión me mate a mí (no sé como se me ocurren hacer este tipo de bromas cuando hace pocos minutos teníamos unas turbelancias del carajo).

Para los despistados o, como suele decirse en la tele, los que os acabéis de incorporar al blog, decir que voy a pasar unas dos semanas y algo en Budapest y vuelvo definitivamente a España, así que desde que acabe el día 10 y hasta el 22 que retorno voy a intentar aprovechar mi estancia aquí al máximo, incluso puede que caiga una escapada de finde a Berlín. El resto lo dedicaré a despedidas varias, aun con la pereza que dan estas cosas.
En España poco que contar, reencuentro esperado con mi familia, Laura, amigos, etc., así durante casi un mes, y atiborrándome llenando las reservas con jamón, queso, gambas, pavo...y aprovechando para meter en la maleta algunas sobras, que van a caer a los pocos días, imagino.

Sin más, y viendo que en Budapest me queda poco por ver, puede que la próxima entrada la dedique al viajecito de despedida, cuyo destino favorito hasta el momento es Berlín, aunque no descarto Belgrado o Cracovia, entre otras. O, quién sabe, a lo mejor ni viajo y "me enrean" mis compañeros para exprimir Budapest y despedirnos a lo grande.

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